Esta entrada también está disponible en: Inglés Chino simplificado Francés
En la conferencia de prensa posterior a la reunión sobre políticas monetarias del 31 de julio en la Reserva Federal, Jerome Powell (presidente de la Fed) parecía bastante incómodo, lo cual quizá no sea tan sorprendente dada la esquina en la que la Fed se ha encerrado.
Le resultaba difícil justificar el recién anunciado recorte de tasas de interés de 25 puntos básicos, y aún más difícil explicar qué impulsará futuros movimientos en las políticas.
En su declaración de apertura, Powell argumentó que el recorte de tasas apuntaba a (i) proporcionar seguro contra los riesgos de las tensiones comerciales y las perspectivas de crecimiento global; (ii) impulsar la inflación; y (iii) aumentar aún más el mercado laboral, porque los trabajadores de bajos ingresos ahora se benefician del aumento de los salarios y de más oportunidades laborales («no tienen registrado en su memoria un mejor mercado laboral», dijo más adelante).
Pero también admitió que la economía de Estados Unidos es fuerte («lo más cerca que hemos estado jamás de nuestros objetivos») y que las perspectivas son positivas.
Powell luchó para conciliar esta evaluación económica benigna con el recorte de tasas.
Argumentó que la economía es fuerte en parte porque la Fed ha cambiado a una postura más moderada desde diciembre pasado, aliviando las condiciones financieras y aumentando la confianza. Ese es un argumento inteligente, pero no llega muy lejos.
Me pareció bastante incoherente su evaluación del riesgo de las tensiones comerciales. Powell sabe que las tensiones comerciales han estado con nosotros durante más de dos años y, sin embargo —como él mismo señaló—, la economía de Estados Unidos fue tan fuerte en la primera mitad de este año como lo fue en 2018 (y 2018 fue el mejor año que hemos visto en mucho tiempo).
Un reportero lo expresó mejor, al preguntarle si en lugar de mirar los datos económicos, la Fed ahora solo está mirando los titulares de los medios acerca de las tensiones comerciales. Powell, a la defensiva, respondió algo como «el comercio es diferente», y fue de un lado a otro argumentando que la incertidumbre comercial ya ha afectado la inversión, y diciendo que es difícil ver el impacto en los datos, pero aseguró que los contactos comerciales de la Reserva Federal están preocupados. Las guerras comerciales son el perro que no ladró… pero la Reserva Federal todavía está asustada.
Me sentí un poco desconcertado por la facilidad con que Powell rechazó las preocupaciones sobre la estabilidad financiera. Argumentó que el sistema financiero está bien capitalizado y es resistente, el apalancamiento es bajo y la salud financiera de los hogares es sólida. Sí, estuvo de acuerdo en que algunas valoraciones de activos son altas, y también lo es la deuda corporativa, pero que no habría que preocuparse demasiado. Dadas las lecciones de la gran crisis financiera de hace una década, y con condiciones financieras muy flojas y valoraciones récord tanto en los mercados de renta variable como de renta fija, me sorprende que la Fed sea tan optimista.
¿Qué deberíamos esperar de la Fed?
Powell dijo (i) que el corte de hoy no es necesariamente único; (ii) pero probablemente tampoco sea el comienzo de un largo ciclo de relajación; (iii) y la Fed podría subir las tasas nuevamente en este ciclo; pero (iv) no es probable que lo hagan. En resumen, se trata de una «elección del croupier».
Dijo que con el tiempo la Fed quiere «ajustarse a una postura algo más acomodaticia» en lo que ven como un ajuste de mitad de ciclo (lo que parece sugerir uno o dos recortes de tasas más).
Quién sabe.
Porque Powell dijo que la Fed depende de los datos, y los datos son sólidos. Pero cuando se le preguntó: «Bueno, pero, ¿qué pasa con las positivas sorpresas en los datos del último mes?». Él respondió: «Ah, bueno, pero hay riesgos…».
No es de extrañar que los mercados estén confundidos. Por el momento, esta falta de dirección ha sido útil para controlar las expectativas de los inversores de un extendido ciclo de relajación, y creo que eso es saludable.
Desde mi punto de vista, quisiera reiterar que si se tratara de un «recorte de seguro», los mercados deben reconocer que podría revertirse mucho antes que el próximo ciclo. Después de todo, se trata de una «elección del croupier».
Para recibir más perspectivas de Franklin Templeton directamente en su bandeja de correo, suscríbase al blog Beyond Bulls & Bears.
Para acceder a novedades de inversión puntuales, síganos en Twitter @FTI_Global y en LinkedIn.
Los comentarios, las opiniones y los análisis recogidos aquí tienen carácter meramente informativo, por lo que no deben interpretarse como un asesoramiento de inversión individual ni como una recomendación para invertir en un valor o adoptar cualquier estrategia de inversión. Debido a la celeridad con que pueden cambiar las condiciones económicas y de mercado, los comentarios, las opiniones y los análisis recogidos aquí son válidos sólo en la fecha de su publicación y pueden variar sin previo aviso. Este artículo no pretende ser un análisis completo de cada hecho relevante en relación con cualquier país, región, mercado, sector, inversión o estrategia.
En la preparación de este material pueden haberse utilizado datos provenientes de fuentes de terceros, y Franklin Templeton Investments («FTI») no ha verificado, validado ni auditado dichos datos de manera independiente. FTI no asume responsabilidad alguna, sea del tipo que sea, por pérdidas resultantes del uso de esta información y, en su caso, el usuario confiará en los comentarios, las opiniones y los análisis contenidos en el material por su propia cuenta y riesgo. Los productos, los servicios y la información podrían no estar disponibles en todas las jurisdicciones y son ofrecidos por las filiales de FTI y/o sus distribuidores conforme lo permitan las leyes y los reglamentos locales. Consulte a su propio asesor profesional para obtener información adicional sobre la disponibilidad de dichos productos y servicios en su jurisdicción.
¿Cuáles son los riesgos?
Todas las inversiones conllevan riesgos, incluida la posible pérdida de capital. El valor de las inversiones puede tanto subir como bajar y los inversores podrían no recuperar todo el capital invertido. Los precios de los bonos generalmente varían en sentido opuesto a los tipos de interés. Por lo tanto, la cartera puede verse depreciada durante el proceso en que los bonos mantenidos en ella ajustan sus precios al aumento de los tipos de interés.