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Si bien la contienda por la presidencia de EE. UU. todavía está por decidir, parece que hay cierto grado de certidumbre con respecto a la composición del Congreso, con una división permanente entre las mayorías demócrata y republicana en las dos cámaras. Katie Klingensmith habla con nuestro director de Renta Variable, Stephen Dover, y con el codirector de inversión de ClearBridge, Scott Glasser, para conocer sus opiniones acerca de por qué esto puede resultar positivo para la renta variable.
- «Es probable que los mercados fuesen uno de los mejores indicadores de lo que iba suceder [con las elecciones estadounidenses], sin duda mejores que los sondeos… Parece que hay cierto grado de certidumbre acerca de que no se va a producir ningún cambio significativo de las políticas en ninguna de las dos direcciones, con independencia de quién sea el presidente; posiblemente por eso, en mi opinión, el mercado es, en cierta medida, positivo» (Stephen Dover).
- «Aunque los datos históricos son excepcionales y sirven de orientación, el momento que estamos atravesando a efectos de los mercados y las divisiones del país difiere un poco de lo que hemos visto en anteriores ocasiones» (Scott Glasser).
- «Probablemente las elecciones [de EE. UU.] no vayan a ser el factor más decisivo para lo que suceda en los mercados a lo largo de los próximos meses; hay muchas más posibilidades de que ese factor sea la evolución de la COVID» (Stephen Dover).
- «Creo que está bastante claro que vamos a disponer de ciertos estímulos que se aprobarán en su momento, algo positivo para la renta variable en general. En mi opinión, sigue habiendo tanto esperanza como pruebas científicas de que estamos avanzando hacia una vacuna [contra la COVID-19]» (Scott Glasser).
- «Si hay algo que espero que aprendan los inversores de estas últimas dos semanas es que resulta muy complicado tomar decisiones basadas en las elecciones. Además, no cabe duda de que no podemos confiar en las encuestas. En realidad, intentamos ceñirnos a los fundamentos» (Stephen Dover).
Katie Klingensmith: Stephen, me gustaría empezar por usted. Es evidente que no conocemos la totalidad del desenlace de la lucha por la presidencia ni todo lo que sucederá en el Senado y la Cámara. ¿Qué opina de esta incertidumbre con respecto a los resultados?
Stephen Dover: A mi juicio, si hay alguna esfera fundamental en la que todo el mundo debería adoptar posiciones cortas esa sería la de los sondeos, porque no cabe duda de que, una vez más, han perdido toda su credibilidad de cara a estas elecciones. Es evidente que a los mercados no les gusta la incertidumbre. Resulta muy interesante que esta noche y en los dos últimos días probablemente los mercados hayan sido uno de los mejores indicadores de lo que iba a suceder, por supuesto mejores que las encuestas. Esta noche fuimos testigos de ello, con las idas y venidas de los mercados, que tenían la vista puesta en cuáles podrían ser los resultados electorales. A pesar de que existe incertidumbre, parece que hay cierta certeza acerca de que no se va a producir ningún cambio significativo de las políticas en ninguna de las dos direcciones, con independencia de quién sea el presidente o quién controle el Senado; parece que habrá, si no neutralidad, probablemente un punto muerto. Eso confiere cierto grado de certidumbre al mercado, el hecho de que no vayamos a tener grandes cambios, y posiblemente por eso, en mi opinión, el mercado es positivo actualmente.
Katie Klingensmith: Al analizarlo en mayor profundidad, no cabe duda de que habrá consecuencias para determinados sectores de la economía y los mercados de renta variable. Scott, sé que usted es un estudioso de la historia en general y, en concreto, de los mercados de renta variable. Estas son unas elecciones donde se cuestionaban bastantes cosas, desde una perspectiva política, pero soy consciente de que hay muchos otros factores. ¿Podría ayudarnos a describir la situación y a contextualizar estas elecciones presidenciales en general desde el punto de vista histórico?
Scott Glasser: Por supuesto. Solo un apunte con respecto al tema de la incertidumbre. En realidad, yo diría que mucha de la incertidumbre se ha disipado por completo del mercado. Considero que uno de los motivos de la subida del mercado es que se ha eliminado de él gran parte de la incertidumbre. Estamos convencidos de que ninguna de las partes va a arrasar y creo que el VIX [CBOE Volatility Index] ha bajado en respuesta a ello. Para mí, los valores [del Tesoro estadounidense] a diez años han bajado de 89 puntos básicos a 77 puntos básicos aproximadamente 1 como reflejo de algunos de los problemas, probablemente una reducción de los estímulos. Además, los distintos sectores del mercado reaccionan de maneras diferentes. Por consiguiente, yo sí creo que se ha eliminado del mercado una gran parte de la incertidumbre, a pesar del desconocimiento que aún impera. Cabe recordar que, en el año 2000, tuvimos unas elecciones reñidas. No teníamos los resultados, tardaron un par de días. En aquella ocasión, había cierta debilidad y, después, el mercado se recuperó a medida que se disipó la incertidumbre. En este caso, lo más probable es que tampoco conozcamos los resultados hasta dentro de 24 o 48 horas. Si nos remontamos a otros momentos históricos donde tuviésemos un gobierno dividido, tradicionalmente hubo buenos resultados en general después de las elecciones presidenciales. Los mercados suben en promedio un 9 %, es algo así como la media a largo plazo. Sin embargo, al mirar atrás, las veces que hubo un presidente demócrata y un Congreso dividido, los mercados subieron alrededor de un 13,5 %. Por el contrario, cuando hubo un presidente republicano y un Congreso dividido, la subida fue de un 9 % aproximadamente. Por consiguiente, de acuerdo con los promedios a largo plazo para los mercados en su conjunto, cualquiera de los desenlaces es positivo. Creo que estas elecciones y el mercado y la situación en que nos encontramos, es decir, en medio de una pandemia, van a hacer que las similitudes con las etapas anteriores sean menores. Entonces, cabe recordar que, aunque los datos históricos son excepcionales y sirven de orientación, el momento que estamos atravesando a efectos de los mercados y las divisiones del país difiere un poco de lo que hemos visto en anteriores ocasiones. Esa es la advertencia clave con respecto a la rentabilidad histórica anterior.
Stephen Dover: Estoy de acuerdo con Scott. La incertidumbre, en ciertos sentidos, ha disminuido. Bajo mi punto de vista, eso significa que probablemente las elecciones no vayan a ser el factor más decisivo para lo que suceda en los mercados a lo largo de los próximos meses; hay muchas más posibilidades de que ese factor sea la evolución de la COVID que el desenlace de las elecciones. Creo que prácticamente ninguno de los directores de Franklin Templeton ha realizado grandes cambios en su cartera sobre la base de sus predicciones acerca de lo que pasaría en las elecciones. Desde luego, a lo largo de las dos últimas semanas, hemos intentado vigilar dónde es probable que residan las mejores rentabilidades el próximo año o en los tres años siguientes. Resulta extremadamente difícil elaborar predicciones a corto plazo. Así, si hay algo que espero que aprendan los inversores de estas últimas dos semanas es que resulta muy complicado tomar decisiones macroeconómicas y de otra índole basadas en las elecciones o en eventos de esa clase. Además, no cabe duda de que no podemos confiar en las encuestas. En realidad, intentamos ceñirnos a los fundamentos y analizamos las empresas y los resultados más probables en los próximos uno, tres o cinco años.
Katie Klingensmith: Bien. En ese sentido, Scott, me gustaría que subrayara los fundamentos que le parecen de mayor relevancia en sus perspectivas para los que nos encontramos en los mercados estadounidenses de renta variable en estos momentos.
Scott Glasser: En mi opinión, siempre que tiene lugar un acontecimiento significativo, los eventos anteriores o lo que está sucediendo antes de que se produzca dicho acontecimiento tienen un peso importante en lo que va a suceder o una repercusión considerable en los sucesos subsiguientes. Por tanto, de cara a estas elecciones, cabe destacar que, si bien los mercados habían atravesado una fase de corrección, hace poco estaban empezando a repuntar. Estaban repuntando porque creo que está bastante claro que vamos a disponer de ciertos estímulos que se aprobarán en su momento, algo positivo para la renta variable en general. En mi opinión, sigue habiendo tanto esperanza como pruebas científicas de que estamos avanzando hacia una vacuna y, desde luego, hay más cosas que están ayudando también con la situación de la COVID. Así que se están logrando avances. Si analizamos el mercado previo a las elecciones, se trataba de un mercado bastante sobrevendido. Hubo un gran repunte y luego una corrección del 9 % aproximadamente en el S&P [500 Index], y una corrección de alrededor de un 12 % en el NASDAQ. Si observamos los indicadores, se trataba de un mercado sobrevendido donde el sentimiento de cara a estas elecciones era claramente negativo. Por consiguiente, no resulta sorprendente asistir a un giro y a una situación opuesta, salir de eso e ir en la otra dirección. Es decir, las condiciones antes de las elecciones eran más negativas que positivas. Por lo tanto, desde el punto de vista opuesto, era más probable ver una mejora tras las elecciones.
Stephen Dover: La incertidumbre. Es decir, hablamos mucho de los estímulos, pero en realidad no sabíamos lo que iba a pasar en 2021 en lo que respecta a los cambios legislativos. Si hubiera habido una ola azul, podría haber dado lugar a cambios bastante importantes y, en estos momentos, el mercado alberga una mayor certeza acerca de que es muy poco probable que haya cambios legislativos considerables el año que viene, independientemente de quién gane las elecciones.
Scott Glasser: A mi juicio, las dos cuestiones primordiales de cara a estas elecciones eran, aparte de la COVID, los impuestos y los estímulos fiscales, el nivel de estímulos fiscales. Habrá ciertos estímulos, hipótesis que asume que el Senado será republicano, una suposición que me parece bastante probable. Los estímulos serán de entre 500 000 millones y 1 billón de dólares, quizás alguna cifra dentro de ese intervalo, frente a los 2,5 o 3 billones de dólares que cabría esperar en una situación donde arrasara la ola azul. Así que hay cierto consenso al respecto. Los estímulos del crecimiento a corto plazo no son tan positivos, en mi opinión, como se ha empezado a observar en algunas acciones, pero pese a ello habrá estímulos. Así que podemos dejarlos a un lado. La otra cuestión clave son los impuestos. Creo que el mercado ignoraba la subida de impuestos y se centraba en mayor medida en los estímulos a corto plazo. Lo que me inquietaba era que el mercado volviese a preocuparse por los impuestos de sociedades y la subida de dichos impuestos en caso de que arrasara de algún modo la ola azul en una medida mucho mayor en 2022 y 2023, lo que conduciría a cierta compresión de la ratio PER [precio/beneficios] en esos años. Eso era lo que me preocupaba. Y eso probablemente se ha eliminado del panorama, algo que para mí era un gran problema. Otro dato verdaderamente importante es que, en caso de que se produjese una victoria aplastante de los demócratas, había otra gran incógnita: era probable que aumentasen los impuestos sobre plusvalías de manera considerable del 23,8 % a algo más del 40 %, la que sería a efectos de plusvalías (y también de dividendos, pero, a efectos de plusvalías) la subida más cuantiosa en más de 50 años. Considero que eso podría haber liberado una gran cantidad de ventas acumuladas hasta finales de este año que habrían llegado al mercado, sobre todo en el sector tecnológico o en las acciones que hubieran tenido las mayores ganancias, lo que podría haber resultado negativo a corto plazo en el mercado. Creo que todo esto ha desaparecido, por lo que la certidumbre es mucho mayor y se ha incrementado el positivismo a largo plazo de los mercados.
Stephen Dover: Sin duda, existe cierta incertidumbre con respecto al desenlace de las elecciones, pero las variables no son tan amplias y es más probable que el mercado y los inversores vuelvan a centrarse en los fundamentos del mercado que en las preocupaciones relativas a los comicios.
Katie Klingensmith: Me gustaría incluir una perspectiva internacional. Stephen, usted gestiona equipos por todo el mundo. ¿Cómo están reaccionando los demás mercados a todo esto, a los aspectos que se conocen y a los que se desconocen en estos momentos, y qué repercusiones tienen las elecciones estadounidenses para otros mercados?
Stephen Dover: Las elecciones tienen repercusiones en el mercado chino. En mi opinión, la elección de un candidato u otro influirá en cierta medida en nuestras relaciones con China a largo plazo. Eso no quiere decir que los demócratas adopten también una postura muy dura con respecto a China. No obstante, creo que nuestra relación con ese país cambiaría, lo que podría repercutir en cierta medida en los mercados. En Europa, es decir, nuestra relación con Europa, los acuerdos comerciales y todo el resto de aspectos relacionados con Europa se verán afectados de algún modo por la evolución del mercado. Por tanto, los resultados de las elecciones estadounidenses son igualmente importantes para las inversiones internacionales.
Katie Klingensmith: Es importante tenerlo en cuenta. Scott, me gustaría volver a usted. Ha hecho hincapié en que parte de lo que sabemos, que tendremos algún tipo de gobierno dividido y que no habrá una victoria demócrata aplastante, tiene repercusiones bastante importantes en general en lo que a los impuestos se refiere. Hemos mencionado la infraestructura y, en cuanto a lo que ya sabemos y lo que todavía queda por dilucidarse, ¿cuáles son las repercusiones dentro de los mercados estadounidenses? ¿Es posible que este sea un punto de inflexión en lo que ha sido una fase caracterizada por un liderazgo tecnológico bastante sólido?
Scott Glasser: Creo que en las últimas semanas hemos empezado a ver un cambio en el mercado, una vuelta desde numerosas empresas orientadas a la tecnología en las que predomina el crecimiento hacia empresas más cíclicas. Ese cambio me parece conveniente. Para mí, resulta bastante esclarecedor que, en este último trimestre, varias empresas, la mayoría tecnológicas, superaron las previsiones de ganancias y no fue suficiente, ¿no? En realidad, las acciones del sector tecnológico bajaron con unas ganancias increíblemente buenas. Creo que esa tendencia, que es saludable, persistirá. Cabe recordar que el descenso de las probabilidades de que se produzca una subida de los impuestos resulta más beneficioso para las acciones del sector tecnológico; probablemente, esa es la razón de que se estén recuperando a corto plazo. Pero no creo que cambie esa tendencia. El otro dato que me gustaría señalar es que también hemos asistido a una tendencia de cambio hacia las capitalizaciones pequeñas y medianas en detrimento de la alta capitalización. Para mí, esta tendencia también se mantendrá y es conveniente para el mercado.
Katie Klingensmith: Stephen, le invito a intervenir y comentar si observa algún cambio que vaya a ser objeto de cierta influencia o que se vaya a producir con independencia del resultado electoral. Puede aportar también su perspectiva global.
Stephen Dover: El resultado de las elecciones es, hasta el momento, positivo para el mercado en general hasta final del año y principios del año que viene. Scott señala que el mercado se está ampliando en lo que respecta a la rentabilidad, de modo que los sectores cíclicos ofrecen mejores resultados. Los valores de pequeña capitalización no registraron una buena rentabilidad por la noche, pero, a lo largo de las últimas semanas, tuvieron mejores resultados, lo que constituye un buen indicador de la situación general del mercado y es mejor para los inversores más diversificados. Esa concentración de la rentabilidad en unas pocas acciones tecnológicas en realidad no era favorable para el estado del mercado en general. Ese punto muerto o ese aumento de la certeza de que no van a suceder demasiadas cosas probablemente sea positivo para el mercado en líneas generales. Ahora debemos centrarnos verdaderamente en la evolución de la COVID y la trayectoria de la recuperación económica.
Stephen Dover: Con relación a los mercados mundiales, creo que, probablemente, los inversores piensan en la diferencia entre los mercados estadounidenses y los mercados globales, y quizás esa no sea la mejor manera de contemplar la cartera. Una gran cantidad de empresas de EE. UU. o registradas en ese país dependen en gran medida de las ventas internacionales y cuentan con una experiencia global. Asimismo, me parece probable que la diferencia a efectos de rentabilidad entre los mercados globales y los estadounidenses se deba más bien a las diferencias entre los sectores que a las diferencias entre los países de origen. Por consiguiente, yo optaría por una cartera global más basada en los ingresos y los sectores que en el lugar donde están inscritas las empresas.
Katie Klingensmith: Scott, me gustaría plantearle una última pregunta y articular todo esto. Parece que existen verdaderos motivos para comprender los sectores y las tendencias a largo plazo, algo quizás más importante que la simple sincronización con el mercado o el riesgo ligado a ciertos acontecimientos. ¿Qué opina de todo esto?
Scott Glasser: Analizamos las acciones que queremos poseer para plazos de un año, dos años y más de cinco años. Una de las maneras de aplicar el arbitraje a las ineficacias del mercado es pensar a largo plazo mientras los demás piensan a corto plazo.
Creo que es crucial que avancemos en la esfera de las vacunas contra la COVID en los próximos seis o doce meses, esa es la variable esencial para restaurar la economía, restablecer la confianza y que la gente empiece a salir y a moverse. Considero que la economía está en realidad en una posición más sólida de lo que la mayoría de la gente cree, pero necesitamos progresar con las vacunas y, después, distribuirlas de manera generalizada. A mi juicio, esos dos logros son los que determinarán, tanto en el plano nacional como mundial, el regreso a un crecimiento más sólido, tal y como esperamos. En resumen, ese es la variable crítica.
Katie Klingensmith: Bien, Stephen, ¿de qué forma deberían los inversores tomar en consideración el resultado y, sobre todo, las incógnitas persistentes y los mercados de renta variable?
Stephen Dover: Creo que este es un claro ejemplo de por qué la sincronización con el mercado no funciona. Tanto Scott como yo hemos comentado que nuestros directores de cartera no han realizado grandes cambios en sus carteras a lo largo de las dos últimas semanas. Tratamos de localizar las áreas del mercado de menor eficiencia; las áreas menos eficientes son las partes más pequeñas a las que dirigirse, que, en nuestro caso, pensamos que son las acciones individuales y después los sectores, y a continuación, quizás, considerar el mercado en general. Por tanto, pienso que esa es la lección que podemos extraer de todo esto, de esta situación electoral. En segundo lugar, la COVID y su evolución, como señaló Scott, han tenido un efecto mucho mayor para nosotros que los resultados de las elecciones. Y eso es una incertidumbre, no un riesgo. Hay valores de renta variable que se beneficiarán de una duración más prolongada de la COVID, al tiempo que otros registrarán unos resultados mejores si la recuperación tiene lugar antes. Es probable que nos centremos en eso a lo largo de los próximos meses.
Katie Klingensmith: Bien, me gustaría darles las gracias a los dos. Steven Dover, director de Renta Variable de Franklin Templeton, y Scott Glasser, codirector de inversión de ClearBridge.
¿Cuáles son los riesgos?
Todas las inversiones conllevan riesgos, incluida la posible pérdida de capital. El valor de las inversiones puede tanto subir como bajar y los inversores podrían no recuperar todo el capital invertido. La inversión en sectores de rápido crecimiento, entre los que se encuentra el tecnológico (que históricamente ha sido volátil), podría dar lugar a un aumento en la fluctuación de los precios, especialmente a corto plazo, debido al rápido ritmo de los cambios y al desarrollo de productos, así como a los cambios en la normativa estatal que se aplica a las empresas que hacen hincapié en el progreso científico o tecnológico. Los títulos de estilo «value» puede que no se aprecien como se preveía o incluso podrían perder valor. La inversión en el extranjero entraña riesgos especiales, entre ellos el riesgo de fluctuaciones cambiarias, de inestabilidad económica y de acontecimientos políticos adversos. Las inversiones en mercados emergentes entrañan riesgos más altos relacionados con los mismos factores, aparte de los asociados a su tamaño relativamente pequeño, su menor liquidez y la falta de estructuras jurídicas, políticas, empresariales y sociales consolidadas para respaldar los mercados financieros. Los valores de empresas más pequeñas han tenido históricamente una mayor volatilidad de precios que los de grandes empresas, especialmente a corto plazo. Los precios de los bonos generalmente varían en sentido opuesto a los tipos de interés. Por lo tanto, la cartera puede verse depreciada durante el proceso en que los bonos mantenidos en ella ajustan sus precios al aumento de los tipos de interés. Los bonos de alto rendimiento acarrean un mayor grado de riesgo crediticio en comparación con los valores de grado de inversión. Los riesgos asociados con una estrategia inmobiliaria incluyen, entre otros, varios riesgos inherentes a la propiedad inmobiliaria, como las fluctuaciones en las tasas de ocupación del arrendamiento y los gastos operativos, las variaciones en los programas de alquiler, que a su vez pueden verse afectados de forma adversa por las condiciones económicas generales y locales, la oferta y la demanda de propiedades inmobiliarias, las leyes de zonificación, las leyes de control de alquileres, los impuestos a las propiedades inmobiliarias, la disponibilidad y los costes de financiación, las leyes ambientales y las pérdidas no aseguradas (generalmente por eventos catastróficos como terremotos, inundaciones y guerras).
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