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Equidad

La demanda acumulada de los consumidores impulsa la recuperación de EE. UU.

A medida que gana impulso la recuperación de los Estados Unidos, el analista Grant Bowers (de Franklin Equity Group) explica por qué la demanda acumulada de los consumidores representará un entorno fértil para la renta variable, y destaca algunas oportunidades que ve en el mercado de renta variable de Estados Unidos.

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A medida que Estados Unidos ―impulsado por los estímulos del Gobierno y el lanzamiento de vacunas― reabre partes de su economía, la recuperación del país está cobrando impulso. En el mercado más amplio de renta variable, la reapertura está conduciendo en última instancia a un crecimiento de las ganancias mayor que lo esperado. En el índice S&P 500, las ganancias de las empresas en conjunto en el primer trimestre superaron recientemente las estimaciones en un 22,5 %, ya que el 86 % del 95 % de las empresas que ya han informado (al 21 de mayo de 2021) superaron las proyecciones.1

Si bien creemos que muchas de las noticias positivas de los últimos seis meses van a tener un precio, todavía creemos que se pueden encontrar ventajas en las empresas que han demostrado un atractivo crecimiento de las ganancias a largo plazo. A medida que la economía continúa recuperándose, no todas las empresas experimentarán el mismo nivel de apreciación, lo que generará un mercado de valores fragmentado, conformado por ganadores y perdedores. Recientemente ―a medida que nos acercamos al final de la pandemia y las tasas de crecimiento e inflación van en aumento― hemos visto algunos cambios en el liderazgo del mercado hacia los nombres más cíclicos y orientados al valor. Creemos que esta volatilidad a corto plazo está creando oportunidades en una serie de áreas que anteriormente pensábamos que estaban totalmente valoradas, pero que ahora se negocian a valoraciones más atractivas.

La renta variable epicentro puede haber superado lo peor

El impacto de la pandemia mundial abrió nuevas oportunidades para los inversores en renta variable. El año pasado vimos que la covid-19 aceleraba las crecientes tendencias del comercio electrónico, y respaldaba el aprendizaje y el entretenimiento en línea. Muchas enpresas en el sector de la tecnología se beneficiaron de la pandemia mundial, y esperamos que continúen haciéndolo. Por otro lado, estamos viendo un repunte en lo que llamamos «renta variable epicentro», empresas que obtuvieron un rendimiento drásticamente inferior a medida que la pandemia forzó cambios en nuestro trabajo, en los viajes y los comportamientos sociales. En los últimos meses, los precios de la renta variable epicentro se han recuperado hasta cierto punto, pero ―a medida que se eliminan las restricciones pandémicas (lo que beneficia a los restaurantes, los viajes y las empresas de tecnología orientadas al consumidor)― aún vemos oportunidades para mejorar el crecimiento en el espacio del consumidor.

Parte de este crecimiento será impulsado por la demanda reprimida de los consumidores, junto con altas tasas de ahorro. Creemos que la demanda reprimida de los consumidores será un gran motor de crecimiento: en marzo de 2021, la tasa de ahorro personal de Estados Unidos se situó en 27,6 %, un gran aumento desde el 8,3 % de un año antes (marzo de 2020).2 Los consumidores simplemente no han gastado dinero. Esperamos que los consumidores empiecen a comprar productos, actividades y experiencias ofrecidos por el sector minorista. También creemos que mucho después de que la economía se reabra por completo, continuarán varios de los comportamientos digitales adquiridos durante la pandemia, como el trabajo remoto o un modelo híbrido de oficina + hogar.

Ya desde antes de la pandemia se estaban acelerando las tendencias de la tecnología financiera. El acceso a productos y servicios financieros básicos ya se había visto ampliado por una combinación de sistemas de pago sin efectivo, banca móvil y bancos competidores (bancos más pequeños creados para competir con bancos tradicionales más grandes). Si bien las empresas del sector de la tecnología financiera no fueron inmunes a los efectos de la covid-19, creemos que es probable que continúen los hábitos sin contacto impulsados por la pandemia global. También hemos visto un aumento en la popularidad de las aplicaciones y plataformas móviles para enviar remesas de dinero. Las familias que trabajaban en el extranjero continuaron enviando electrónicamente dinero a sus hogares, incluso cuando los lugares físicos desde donde tradicionalmente enviaban las remesas de dinero estaban cerrados debido a la cuarentena. Las pequeñas y medianas empresas también han invertido en herramientas de software que permiten una gestión más eficiente de las transacciones de facturación y pagos en el back-office. Suponemos que en el futuro esas herramientas se van a seguir usando y ―a medida que después de la pandemia mejore el crecimiento empresarial― continuarán ganando participación.

El cuidado de la salud probablemente también tendrá un papel principal y central en nuestra economía durante muchos años en el futuro, por razones obvias. Los consumidores quieren un mejor acceso a los tratamientos y la atención médica, y los avances tecnológicos pueden facilitar eso. La telemedicina es solo un ejemplo: el acceso digital permite a los consumidores conectarse con su proveedor de tratamiento médico para formularle preguntas de rutina, generando más eficiencia y productividad al reducir el tiempo dedicado a presentarse en persona para una cita en el consultorio del médico. El avance en la secuenciación de genes es otro ejemplo: con la disminución significativa en el coste de mapear el genoma humano, suponemos que las vacunas requerirán menos tiempo hasta alcanzar la comercialización, y que será más eficiente el proceso de investigación y desarrollo correspondiente a variadas poblaciones de pacientes.

¿Un cambio de tendencia para definir el año 2021?

Si bien la renta variable de crecimiento obtuvo mejores resultados durante gran parte de la última década, en los últimos seis meses los nombres de valor sin duda han superado su rendimiento. A medida que los tipos de interés comenzaron a subir y el crecimiento del PIB (producto interno bruto) de Estados Unidos se aceleró desde el 4,3 % hasta el 6,4 % durante el primer trimestre de 2021, vimos una mayor rentabilidad en las áreas del mercado con orientación cíclica ya que los precios de la energía y otras materias primas aumentaron considerablemente, lo que impulsó las cotizaciones de la renta variable del petróleo, el gas, los metales y la minería.<3 La renta variable de los bancos aumentó debido en gran parte al aumento de los tipos de interés, y ―a medida que la demanda comenzó a aumentar― mejoraron muchas rentas variables industriales en áreas como aerolíneas, ferrocarriles y maquinaria.

Este es el tipo de desempeño que se espera en una fase de recuperación económica (como en la que claramente estamos en este momento). Sin embargo, como inversores a largo plazo, analizamos estos ciclos y argumentamos que el crecimiento está mejor posicionado que el valor. En los próximos trimestres, es probable que las limitaciones de suministro, el aumento de los costes, y los desafíos para trasladar a los clientes los crecientes costes, probablemente contribuyan a la compresión de los márgenes y a una menor visibilidad de las ganancias en muchas de las partes más cíclicas del mercado. Nuestra preferencia apunta a poseer empresas con mejores perspectivas de poder de fijación de precios, beneficiándose de las tendencias de crecimiento secular y un mayor grado de previsibilidad de las ganancias. Si bien las rotaciones en el liderazgo del mercado son saludables, seguimos convencidos de nuestro posicionamiento de crecimiento mientras buscamos identificar empresas que creemos que pueden ser los futuros líderes dentro de la economía de los Estados Unidos y el mercado en general.

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1 Fuente: FactSet, 21 de mayo de 2021. Para más información sobre los proveedores de datos, visite www.franklintempletondatasources.com.
2 Fuente: Oficina de Análisis Económico de los Estados Unidos, marzo de 2021.
3 Fuente: Oficina de Análisis Económico de EE. UU., 29 de abril de 2021.