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Renta fija

Cambios en el paradigma que afectan al panorama de la inversión: China, inflación y política monetaria

Hoy en día, existen diferentes «cambios en el paradigma» que afectan a los mercados, según Michael Hasenstab, director de inversión de Templeton Global Macro. Hasenstab describe la forma en que los bancos centrales pueden abordar la reducción gradual de las compras de activos motivadas por la pandemia, así como los posibles riesgos de inversión y oportunidades que observa. 

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Creo que uno de los mayores cambios en el paradigma es, sin lugar a dudas, que las relaciones entre EE. UU. y China se han vuelto conflictivas. Estarán definidas por la competencia y por una relación de enfrentamiento, lo cual no cabe duda de que cambia el panorama.

En mi opinión, otro cambio en el paradigma, a medida que nos adentramos en el mundo de la COVID-19, está relacionado con la siguiente fase de la pandemia. Creemos que la próxima ola consistirá más bien en aprender a convivir con el virus, lo que permitirá que la actividad económica vuelva más a la normalidad que en este último año y medio. Por lo tanto, creo que ahí está el siguiente cambio en el paradigma y, si podemos llegar a ese punto, esto tendrá importantes implicaciones.

El otro cambio en el paradigma se produciría en la inflación. En los EE. UU. no ha habido inflación durante décadas, por lo que ninguno de nosotros sabe realmente con certeza si estos repuntes de la inflación que hemos presenciado en los últimos meses son permanentes o temporales. Consideramos que existe el riesgo de que esto se vuelva persistente y, como no queremos correr ese riesgo en relación con la duración, seguiremos vigilando.

Podría decirse que la política monetaria es hoy en día más flexible por orden y diseño que en los últimos tiempos. Cada vez más, vemos que los bancos centrales de todo el mundo hablan no solo de alcanzar un objetivo de inflación ni tampoco solo del pleno empleo, sino de una distribución de los ingresos dentro de ese empleo, lo cual exigirá unas políticas más laxas. Esto también ha interferido en la política fiscal, que hemos visto que es muy expansiva.

En lo relativo a los balances de los bancos centrales, evidentemente son enormes, y existe cierto debate en torno a la reducción gradual. Creo que muchos responsables de políticas han aprendido la lección de las situaciones anteriores para ayudar a gestionar mejor la situación actual. Por lo tanto, nuestra hipótesis de base es que se gestionará de la forma más prudente posible. Hemos observado que algunos países ya han empezado a aplicar una reducción gradual. Al margen de EE. UU., ha habido otros países, especialmente en América Latina y Asia, que ya han empezado a aplicar medidas de ajuste. Por lo tanto, la dinámica de la inflación es, en cierto modo, dispar en todo el mundo, pero de manera marginal, hemos asistido a la aparición de más presiones inflacionistas, así como a un mayor endurecimiento, ya sea por los tipos o por empezar a disminuir la reducción gradual. Creo que esa es la senda por la que nos dirigimos.

En mi opinión, la dinámica interesante en Europa está relacionada con esta tendencia hacia una política laxa. Nos aproximamos a unas grandes elecciones en Alemania y los cambios que se podrían producir en términos de política fiscal y monetaria, se inclinarían hacia una mayor relajación y expansión. Creo que esto tendrá implicaciones para el euro. Pero, concretamente en Europa, nuestro interés se centra en Escandinavia y en Suecia y Noruega, con unas cuentas corrientes sólidas, un buen crecimiento y una política probablemente más restrictiva, en el caso de Noruega que se ha mencionado. Creemos que, en términos relativos al euro, esta región parece más atractiva, u otras partes del mundo como Canadá, cuyo sector de las materias primas es, en mi opinión, bastante fuerte. Por lo tanto, no hay que centrarse en la relación entre el euro y el dólar estadounidense, sino que la relación entre el euro y Escandinavia y el euro con respecto a otras monedas resulta igual de interesante.

Todo rendimiento conlleva un riesgo. Hemos decidido dirigir nuestro presupuesto de riesgo hacia los mercados de divisas, ambos en los mercados desarrollados, así como en determinados mercados emergentes. Esto nos ofrece la ventaja del rendimiento. En muchos casos, podremos llevarlo a cabo sin tomar una duración demasiado amplia. Existe cierta volatilidad de la moneda, pero creemos que una mayor claridad en estas sendas de grandes factores nos otorga la confianza para seguir en esa dirección.

Estamos entusiasmados por todo esto. Sin embargo, el camino no estará exento de volatilidad y riesgos. Hemos asistido al desarrollo de muchos riesgos geopolíticos, pero tratamos de estar atentos durante un par de años a estas tendencias a largo plazo.

¿Cuáles son los riesgos?

Todas las inversiones conllevan riesgo, incluida la posible pérdida de capital.

El valor de las inversiones y los ingresos derivados de ellas pueden tanto subir como bajar y podría no recuperarse todo el capital invertido. Asimismo, pueden verse afectados por los cambios en los tipos de interés, los tipos de cambio, las condiciones generales del mercado, los acontecimientos políticos, sociales y económicos y otros factores variables. Las inversiones conllevan riesgos, entre otros, posibles retrasos en los pagos y pérdida de ingresos o capital. Ni Franklin Templeton, Legg Mason ni ninguna de sus empresas asociadas garantizan ningún tipo de rendimiento ni la recuperación del capital invertido.

Los valores de renta fija conllevan riesgos de tipo de interés, crédito, inflación y reinversión, así como una posible pérdida del capital. A medida que los tipos de interés aumentan, el valor de los títulos de renta fija disminuye.

Las inversiones internacionales están sujetas a riesgos especiales, entre los que se incluyen el riesgo de fluctuaciones cambiarias y de incertidumbre social, económica y política, los cuales podrían generar un aumento de la volatilidad. Estos riesgos son más acentuados en los mercados emergentes.

Las materias primas y las divisas acarrean un mayor riesgo, que abarca las condiciones del mercado, políticas, normativas y naturales, y pueden no ser adecuadas para todos los inversores.

La rentabilidad pasada no es un indicador ni garantía de la rentabilidad futura.  Tenga en cuenta que los inversores no pueden invertir directamente en un índice. La rentabilidad de los índices no gestionados no refleja las comisiones, costos ni gastos de suscripción.

Las opiniones y los criterios que se expresan en este documento no pretenden formular una predicción o previsión de los acontecimientos o rendimientos futuros, y no constituyen una garantía de los resultados futuros ni una recomendación o asesoramiento.  Las afirmaciones recogidas en este material no pretenden ser una recomendación de compra ni de venta de valores de ningún tipo. Las afirmaciones prospectivas están sujetas a una incertidumbre que podría provocar que los acontecimientos y resultados reales difieran considerablemente de las expectativas expresadas. Esta información se ha preparado a partir de fuentes que se consideran fiables, pero la precisión y la exhaustividad de la información no están garantizadas. La información y las opiniones expresadas por Franklin Templeton, Legg Mason o sus empresas asociadas están actualizadas en la fecha indicada, están sujetas a cambios sin previo aviso y no tienen en cuenta los objetivos de inversión particulares, la situación financiera ni las necesidades de cada inversor.