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Perspectivas con respecto al alto rendimiento: información actualizada sobre los automóviles y los semiconductores

La complejidad y los efectos colaterales de la pandemia de COVID-19 sobre los sectores automovilístico y de los semiconductores siguen ofreciendo a los inversores dinámicas atractivas. Aleck Beach, analista de investigación de Franklin Templeton Fixed Income, presenta su opinión acerca de este ámbito desde el punto de vista del crédito.

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A estas alturas, todos somos conscientes de los desafíos generalizados en cuanto a la cadena de suministro que han surgido a medida que el mundo se recuperaba de los confinamientos económicos aplicados a causa de la COVID-19 en 2020.  La escasez de mano de obra, materiales, transporte y logística ha sido un obstáculo para el crecimiento económico y ha derivado en presiones inflacionistas sobre los precios en toda la economía. Esto ha sido más evidente en el sector automovilístico, dado que la escasez de semiconductores limitó el repunte en la producción de vehículos en todo el mundo a lo largo de 2021 con respecto al contexto de baja producción de 2020.

Tras los cierres de las fábricas impuestos por las normas gubernamentales de confinamiento a principios de 2020 para abordar la nueva pandemia de COVID-19, la demanda de los consumidores de transporte personal recuperó su solidez cuando se levantaron los confinamientos. Las ventas de vehículos experimentaron un repunte, y lo que inicialmente se temía que sería una larga y profunda contracción para el sector automovilístico logró un repunte relativamente sólido cuando los compradores volvieron a las salas de exposiciones. No obstante, la recuperación en las ventas de vehículos durante el segundo semestre de 2020 pronto se frenó, ya que a principios de 2021 se produjo una escasez de semiconductores, lo que afectó a la producción de vehículos nuevos y limitó la oferta de vehículos.

Al principio, el sector automovilístico confiaba en que el suministro de semiconductores podría satisfacer la demanda, lo que permitió que en el segundo semestre de 2021 se recuperaran en gran medida las pérdidas en la venta de vehículos experimentadas en el primer semestre. Sin embargo, los largos plazos para aumentar la capacidad productiva de semiconductores, así como los largos ciclos de producción de los chips, implicaron que la mejora de la oferta tardaría en favorecer la producción de vehículos. Los problemas relacionados con la producción industrial demostraron ser mucho más significativos de lo que inicialmente se esperaba.

Los problemas de producción se suman a la elevada demanda

Durante el 2021, la producción de semiconductores se vio interrumpida por acontecimientos inesperados y por otras complicaciones derivadas de la COVID-19. Las condiciones meteorológicas durante el invierno en Texas, que fueron excepcionalmente duras, generaron apagones en varias fábricas de semiconductores. Posteriormente, en marzo, hubo un incendio en otra planta de chips de Japón. Durante el verano de 2021, la propagación de la COVID-19 en el Sudeste Asiático limitó las operaciones de los subcontratistas dedicados al montaje de última fase y la comprobación final de semiconductores. Esta serie de acontecimientos excepcionales en la producción del sector de los semiconductores en un entorno de suministro ya limitado fue un obstáculo para la recuperación de la producción de vehículos. A lo largo de este período, la demanda de gran cantidad de productos finales relacionados con la tecnología que emplean semiconductores siguió siendo sólida, lo que aumentó el desequilibrio entre la oferta y la demanda. Las diferentes complicaciones en materia de transporte y logística causadas por los retrasos en los puertos de todo el mundo han sido una carga adicional para la continuidad de la cadena de suministro.

Como consecuencia de la gran demanda, la explotación de la capacidad productiva de semiconductores ha sido elevada, y los proveedores han aceptado pedidos con plazos de entrega ampliados. El sector ha respondido a las complicadas condiciones de suministro con un gasto de capital mayor para aumentar la capacidad, pero hacerlo en un proceso de fabricación de semiconductores complejo y altamente técnico lleva tiempo, y este se mide en trimestres y no en semanas. En el caso de los proveedores que han aumentado su capacidad, la demanda ha absorbido con creces la oferta adicional.

El sector automovilístico mundial ha atravesado dos años de baja producción; en primer lugar, como consecuencia de los cierres por la COVID-19 de 2020 y, posteriormente, por la escasez de semiconductores de 2021, lo que limitó la recuperación de las ventas durante un período de gran demanda. En el mercado estadounidense, las existencias de los minoristas de automóviles se han agotado hasta alcanzar mínimos históricos, lo que ha derivado en una reducción de los descuentos y unos precios de transacción muy elevados en el sector. Además, los fabricantes de automóviles han sacrificado la producción de vehículos que obtienen un margen menor en favor de destinar los suministros de semiconductores disponibles a vehículos más rentables, como camiones y vehículos utilitarios deportivos. La sólida fijación de precios, en combinación con los distintos tipos de vehículos, ha sido un beneficio significativo para la rentabilidad y ha ayudado a atenuar las consecuencias de la disminución de los volúmenes unitarios. Por ejemplo, en lo que iba de año hasta el tercer trimestre de 2021, Ford registró 8.900 millones de dólares de beneficios operativos ajustados, incluido un beneficio de 7.200 millones de dólares de la fijación de precios favorable1. En condiciones similares, General Motors registró un beneficio de 5.600 millones de dólares gracias a la fijación de precios favorable en relación con el beneficio operativo ajustado en lo que iba de año, que era de 11.400 millones2.

Dado que la oferta de vehículos nuevos se ha visto limitada, las flotas de las empresas de alquiler de coches han sido escasas, lo que ha hecho que aumenten los precios del alquiler. En lo que se refiere al mercado de vehículos de segunda mano, es probable que la demanda se haya visto favorecida por la ajustada oferta de vehículos nuevos, la cual ha empujado a los compradores al mercado de vehículos de segunda mano. Además, las ventas de vehículos nuevos, que alcanzaron un punto máximo por última vez en 2018, bajaron ligeramente en 2019 y de forma más drástica en 2020 y 2021. Así, la oferta de vehículos entregados a cuenta que se introducen en el mercado de los vehículos de segunda mano es menor, lo que limita la oferta de vehículos de segunda mano. La combinación de la sólida demanda y la limitada oferta ha hecho que los precios de los vehículos de segunda mano hayan alcanzado cifras sin precedentes.

Factores que complican la situación

A la hora de evaluar las previsiones sobre el momento en el que la oferta de semiconductores mejorará lo suficiente como para satisfacer la demanda del sector automovilístico, hay un par de factores que complican la situación y se deben tener en cuenta. El sector automovilístico depende de semiconductores que son relativamente menos complejos que los que se utilizan en la mayor parte del hardware de tecnología avanzada. Estas piezas, que son menos complejas pero igualmente fundamentales, se fabrican normalmente con equipos más antiguos y menos costosos, con el objetivo de reducir los gastos. Las plantas de fundición de semiconductores subcontratadas, que han pasado a representar una gran proporción del panorama general de la fabricación de semiconductores, se han visto alentadas a dedicar sus inversiones de capital y su capacidad a ofrecer competencias de última generación. Aunque prevemos que los principales productores de chips anunciarán grandes inversiones de capital, los proyectos no solo están lejos de la producción en masa, sino que en muchos casos se centrarán en alcanzar una capacidad de vanguardia más allá de las necesidades técnicas de la mayoría de aplicaciones de automoción. Además, los proveedores relacionados con los semiconductores de automóviles que también poseen una capacidad interna han aumentado su gasto en inversión, pero lo han hecho a un ritmo que no se adapta completamente a la demanda ni al crecimiento de los ingresos. En los últimos trimestres, el gasto ha aumentado de manera más drástica, y este gasto vendrá acompañado de un tiempo de espera necesario de varios trimestres para que se produzca una mejora en la oferta de semiconductores.

Otro de los factores que complica el alivio de la escasez de semiconductores en el sector automovilístico es la complejidad de la cadena de suministro de la automoción y el uso de varios niveles de subproveedores para las empresas automovilísticas. Normalmente, los semiconductores se envían a los proveedores de los niveles 1 y 2, quienes, posteriormente, los montan en subcomponentes que después se envían a los fabricantes de coches para el montaje final de los vehículos. Esto ha resultado ser un nivel adicional de complejidad en la cadena de suministro al coordinar la producción y el envío de semiconductores, cuya producción requiere varios meses, en relación con una cadena de suministro de automóviles estructurada según principios de gestión de existencias «justo a tiempo». El resultado es que no existe margen de error, y lo que ha surgido de este período de escasez de semiconductores es la toma de conciencia por parte de los directivos del sector automovilístico con respecto a la necesidad de establecer una coordinación y unas relaciones más estrechas con los proveedores de chips para ayudar a mitigar el riesgo de que se produzcan futuras interrupciones. Por ejemplo, BMW, Stellantis y Ford han anunciado nuevas alianzas con proveedores de chips de Asia para los servicios de fabricación y diseño de semiconductores.

Un largo camino hacia la recuperación

Aunque en el sector se mejoró la producción de vehículos y se relajaron las limitaciones en la oferta hacia finales de 2021, en comparación con la grave escasez del tercer trimestre, creemos que la normalización completa de la producción en el sector automovilístico puede tardar más tiempo en producirse de lo que algunos participantes del mercado esperan. Esto se debe a la reacción de la oferta, que ha comenzado, pero no tan rápido como quizás se esperaba, además de los largos tiempos de espera para añadir y aumentar la capacidad, y la integración con una cadena de suministro de automóviles que se podría decir que es más compleja de lo que se creía anteriormente en lo que se refiere a los semiconductores. Aunque las condiciones de suministro deberían mejorar de forma progresiva a lo largo del 2022, es posible que la normalización completa de la producción de vehículos se prolongue hasta 2023.

Contracorrientes a medida que se normaliza la oferta

Las limitaciones en la oferta de vehículos han derivado en una capacidad para fijar precios sin precedentes en el sector automovilístico, lo que ha compensado en gran medida la caída de las ventas unitarias. La oferta de vehículos tardará un tiempo en normalizarse, lo que podría seguir favoreciendo la sólida capacidad de fijación de precios a corto plazo, pero los elevados precios y la posible subida de los tipos de interés afectarán a la asequibilidad de los vehículos. A medida que la oferta de semiconductores mejore con el tiempo, las limitaciones en la oferta de vehículos disminuirán, y se comprobará si lo que a lo largo de la historia ha sido un sector con precios muy competitivos mantendrá la disciplina de producción, o si volverá a darse la alta competitividad histórica por la cuota de mercado, con lo que se deteriorará la reciente capacidad de fijación de precios. Así, la rentabilidad de los fabricantes de automóviles tendrá que atravesar algunas contracorrientes interesantes a medida que la oferta y la demanda se normalicen.

En muchos casos, los proveedores de semiconductores han establecido, muy astutamente, órdenes de compra no anulables para evitar que los clientes realicen un «pedido doble» en su lucha por conseguir suministro. El sector de los semiconductores no es ajeno a los episodios anteriores de desequilibrio entre la oferta y la demanda y el consiguiente riesgo del pedido doble. El sector está tomando medidas para poner el riesgo de un futuro exceso de producción en manos de los fabricantes de automóviles, pero el exceso de oferta tendrá que asimilarse finalmente.

En lo que respecta a los proveedores de piezas de automóviles tradicionales que han sufrido junto con sus clientes, los fabricantes de automóviles, los bajos índices de producción de vehículos, deberían beneficiarse de una recuperación de la producción de vehículos a medida que se alivie la escasez de semiconductores, pero con un riesgo menor por la bajada de los precios de los vehículos que se derivaría del posible regreso de la competencia de precios del sector entre los fabricantes de automóviles.

Mientras el mundo sigue lidiando con las consecuencias de la pandemia del COVID-19, la complejidad y los efectos colaterales sobre los sectores automovilístico y de los semiconductores siguen ofreciendo a los inversores dinámicas atractivas.

¿Cuáles son los riesgos?

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1. Fuente: Análisis de las ganancias de Ford durante el tercer trimestre de 2021, 27 de octubre de 2021.

2. Fuente: Informes sobre las ganancias empresariales de General Motors: primer, segundo y tercer trimestres de 2021.