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Equidad

Caída del euro: por qué podría persistir la paridad entre el euro y el dólar estadounidense

Katrina Dudley, estratega de inversión de Franklin Mutual Series, considera que el aumento de la inflación en Europa derivado de la subida de los precios de la energía y los tipos de interés relativos más bajos pueden mantener al euro bajo presión.

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El euro ha alcanzado la paridad con el dólar estadounidense. Debido a la guerra en Ucrania, la consiguiente subida de los precios de la energía y un banco central que ha sido más lento que la Reserva Federal de EE. UU. (Fed) a la hora de subir los tipos de interés para controlar la inflación, el euro ha venido cayendo con relación al dólar durante los ocho primeros meses de 2022. Es posible que falte mucho para una recuperación rápida de la divisa, pero la depreciación del euro podría brindar oportunidades a corto plazo para los inversores de acciones «value».

Subidas de la energía

Si bien el euro estaba descendiendo de manera gradual con respecto al dólar estadounidense a principios de año, la invasión de Ucrania por parte de Rusia desencadenó una caída más agresiva. Las posibilidades de que se produzca un repunte pronunciado de las presiones inflacionarias y la falta en la región de seguridad a efectos de energía y defensa fueron en gran parte los motivos de ello.

Tras la invasión, los precios de la energía en la región se dispararon ante los temores a una perturbación de las exportaciones rusas de gas natural, que se materializaron. Recientemente, los rusos cerraron el importante gasoducto Nord Stream, primero por mantenimiento y ahora hasta el levantamiento de las sanciones. La medida llega en un momento en el que países como Alemania están llenando sus reservas de gas natural para garantizar que disponen de gas suficiente para pasar el invierno.

Con el tiempo, esperamos que Alemania y otros países europeos que dependían del gas ruso completen la transición a otras fuentes de energía, como las renovables o el gas natural licuado (GNL). Sin embargo, a corto plazo, podría haber constantes problemas de suministro y los precios de la energía podrían ser continuamente elevados.

Las perturbaciones del suministro de energía también llegan en un momento en que ya existen otras presiones inflacionarias que están afectando al continente debido a la interrupción de las cadenas de suministro. Además, el bajo nivel de los ríos europeos este verano ha aumentado el coste y la complejidad del transporte.

Al igual que Estados Unidos, Europa está luchando contra unos niveles insólitos de inflación. El índice de precios al consumo anual de la región ascendió al 8,9 % en julio, frente al 8,6 % de junio y el 2,2 % del año anterior, según los datos del organismo europeo de estadística, Eurostat. En ambas regiones, la subida de los costos está mermando el poder adquisitivo de los consumidores y está perjudicando a las empresas de consumo de orientación nacional.

Nuestras investigaciones demuestran que la inflación tiene un efecto significativo en los niveles relativos de las divisas. Si los altos precios de la energía y otras presiones inflacionarias siguen siendo más persistentes en Europa que en Estados Unidos, podría producirse una mayor erosión del valor del euro en los próximos meses.

Crecimiento del diferencial de los tipos

En vista de estas presiones inflacionarias, el Banco Central Europeo (BCE) y la Fed estadounidense han subido los tipos de interés a ritmos diferentes. Este diferencial exacerba en mayor medida la debilidad del euro. Por lo general, unos tipos de interés más elevados aumentan el valor de la divisa de un país, ya que estos suelen atraer una mayor inversión extrajera.

En cambio, en lo que va de 2022, el BCE ha subido sus tipos de interés clave en 125 puntos básicos, y se esperan más subidas en lo que queda de año. El Banco Central, como en el caso de Estados Unidos, está centrado en frenar la inflación, al mismo tiempo que logra un equilibrio entre la necesidad de unos precios estables y la ralentización del crecimiento económico. La guerra y sus efectos colaterales han sometido a la economía europea a unas presiones sin precedentes que, en nuestra opinión, tardarán en disiparse y pueden llevar a la región a una recesión.

Estancamiento del crecimiento

La caída del euro ha tenido un efecto heterogéneo en la actividad económica europea. Los turistas estadounidenses han estado viajando a Europa, lo que ha resultado favorable para el crecimiento de los países en cuestión, sobre todo los del sur de Europa, particularmente afectados por la COVID-19. Dichos turistas se están dando cuenta de que, con sus dólares, pueden adquirir muchas más cosas que el año anterior, lo que refuerza la actividad económica local.

Sin embargo, para los consumidores europeos, el coste de las importaciones, en especial aquellas denominadas en dólares estadounidenses, como las materias primas, está aumentando con el descenso del euro. Debido a la mayor debilidad de la economía europea, a las empresas también les resultará más difícil trasladar el aumento de los costes a los consumidores y los usuarios finales.

La depreciación del euro, las tensiones ligadas a la inflación, el temor a una recesión en Europa y las presiones a las que están sometidos los consumidores afectan a cada empresa de un modo distinto. En este sentido, consideramos que la selección activa de los activos será crucial. Los inversores deberán entender la medida en que una empresa está cubierta de manera natural y si existen discordancias de costes e ingresos que puedan dar lugar a un beneficio o un descenso de las ganancias.

En general, en los últimos años, los mercados europeos de renta variable han cotizado con un descuento considerable con respecto a sus homólogos estadounidenses, dadas las mayores ponderaciones hacia sectores más orientados al valor, como el sector financiero, la energía y los materiales. Hemos observado que algunas áreas del mercado han resurgido a medida que se reinstauró el favor del valor este año. El debilitamiento del euro genera tanto desafíos como oportunidades para las empresas europeas. Saber dónde y qué buscar será fundamental en los próximos meses.

¿CUÁLES SON LOS RIESGOS?

Todas las inversiones conllevan riesgos, incluida la posible pérdida de capital. El valor de las inversiones puede tanto subir como bajar y los inversores podrían no recuperar todo el capital invertido. Los precios de las acciones experimentan fluctuaciones, a veces rápidas y drásticas, debido a factores que afectan a empresas concretas, industrias o sectores específicos, o condiciones generales de mercado. La inversión en títulos extranjeros conlleva riesgos especiales, entre ellos el riesgo de fluctuaciones cambiarias, de inestabilidad económica y de acontecimientos políticos adversos. Los títulos de estilo «value» puede que no se aprecien como se preveía o incluso podrían perder valor.

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